El principio de no-agresión
El principio de no agresión es la piedra fundamental del iusnaturalismo ancap[1], en el que a partir de premisas aparentemente inocentes se llega a conclusiones radicales. El principio de no agresión establece que no debe de haber iniciación de la fuerza contra otra persona. Por ejemplo, si alguien me tortura es claro que está violando este principio. Pero si alguien me mata, puede que no esté violando este principio; en tanto que la persona que me mata lo haya hecho en defensa propia.
El principio de no agresión también prescribe en contra del robo: no debe arrebatársele a una persona lo que legítimamente le pertenece. Pero si alguien me roba o intenta robarme, tengo el derecho de usar la fuerza para defenderme.
El principio de no-agresión se basa en el respeto a la integridad física de las personas, y a su propiedad. Amenazas contra la vida o la propiedad también cuentan como violaciones contra este principio.
En este punto es necesario precisar cómo es que se adquiere el derecho de propiedad sobre algo. Según Locke, toda persona tiene derecho a la propiedad sobre sí misma y sobre el producto de su trabajo. En el caso de la tierra, un hombre adquiere propiedad sobre ésta cuando "mezcla su trabajo con ella". De manera que si yo encuentro un terreno sin dueño, mi trabajo de cultivo sobre él lo convierte en mi propiedad privada. Yo tengo entonces derecho a retener mi propiedad, a venderla, alquilarla, o donarla. Esto es lo que se conoce como apropiación original o homesteading.[2]
El Estado es el que más viola el principio de no agresión
Esta sería la conclusión lógica de las premisas anteriores: que si una persona le arrebata su legítima propiedad a otra es una ladrona, entonces el Estado es el más grande ladrón de todos los tiempos. Por que ¿qué son los impuestos sino una forma de robo institucionalizado?
De lo cual se sigue que la ética exige el desmantelamiento del Estado -en el menor tiempo posible- para darle paso a una sociedad anarcocapitalista con cortes de justicia y agencias de seguridad privada.
Los téoricos del anarcocapitalismo dicen que este tipo de sociedad es no solo posible, sino que es materialmente mejor que una sociedad con estado. Sin embargo, aunque estuviéramos peor en un régimen anarquista de libre mercado, la elección ética aun debería ser la de abolir el Estado.[3]
El extremismo no convence
Difícil tarea es la de convencer a la gente común de que todo gobierno político es inherentemente malvado, cuando la opinión púbica se inclina hacia todo tipo de intervencionismo gubernamental.
Los impuestos comunmente no se identifican con un robo, ya que se considera que el Estado es necesario para el buen funcionamiento de la sociedad; y el conocimiento económico convencional así nos lo confirma, ya que el mercado tiene fallas que ameritan la intervención estatal.[4]
Refutación lógica
El abogado Daniel Vicente refuta brevemente la tesis central del iusnaturalismo ancap:
La propiedad no es un derecho natural, ya que 1) no es necesaria para la supervivencia (bastan la posesión y el usufructo) y 2) requiere del consentimiento de otros (de los que la enajenan).
Así pues, la propiedad privada es una convención jurídica entre las personas, por lo que no es un derecho inalienable, universal y atemporal; y está limitada por consideraciones al bien común.
Notas
[1] Iusnaturalismo significa "derecho natural", y ancap es un diminutivo de anarcocapitalista que significa "relativo a la doctrina que propugna una sociedad sin estado".
[2] Hay autores que sugieren una forma de propiedad originaria por medio de un simple reclamo de propiedad. (Como quién dice "aviso que esto es mío").
[3] La mayoría de los ancaps son iusnaturalistas, aunque hay excepciones.
[4] Muchos ancaps niegan, cual avestruz, la existencia de fallas del mercado.
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