Como era de esperarse, las declaraciones del diputado Miguel Ángel Gámez han provocado revuelo entre la opinión púbica hondureña. "Me caen mal los negros" dijo Gámez, confesándose abiertamente como un indígena racista.
Pero el señor Gámez dice sus verdades. Los garífunas son un grupo étnico que vino hace poco más de doscientos años al país, en comparación con los lencas, que ya estaban aquí cuando vinieron los españoles. Sin embargo, han logrado una mayor visibilidad cultural y una mayor participación política que la empobrecida etnia lenca (El departamento de Intibucá, donde se encuentra la mayor parte de la población lenca, es uno de los que tiene menores índices de desarrollo humano del país)por lo que las declaraciones racistas del diputado intibucano vienen a ser una expresión mal disimulada de envidia de un grupo hacia otro: "Nosotros vinimos primero y deberíamos tener preferencia", tal parece ser la actitud del diputado racista. Pero la mayor pobreza relativa de los lencas me sugiere más bien que su cultura es inferior, y que deben proponerse un cambio interno de actitudes en vez de esperar que todo les venga del gobierno central, y que incluso, deberían aprender de los garífunas.
No somos un país de negros
Por otra parte, la exhuberancia cultural de los garífunas que se proyecta al exterior puede dar la impresión al extranjero de que este es un país de negros. Por ejemplo: las selecciones nacionales de fútbol frecuentemente incluyen un número desproporcionado de negros en comparación con su participación relativa en la población de Honduras.
La mayoría de la población somos mestizos. Yo en lo particular no me siento identificado con la cultura garífuna, pero la respeto.
No creo que el racismo sea un problema significativo en este país.
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