El libro de Luis Palau: "Sexo y Juventud" es por demás anodino y moralista, pero trae una anécdota que creo que vale la pena compartirla:
Recuerdo haber aconsejado a una dama, una persona muy capaz y activa en una iglesia cristiana evangélica. Había comenzado a trabajar en una escuela donde uno de sus colegas empezó a hacerle insinuaciones amorosas. Ella se sorprendió, le comentó a su esposo y ambos oraron por el asunto. Su esposo le dijo que cuando él era tentado, simplemente sacaba una fotografía de ella y los niños, y se decía: "Soy casado. Amo a mi esposa. Hay que desechar la tentación." El colega hizo otra insinuación, y la mujer contestó:
-Le he contado a mi esposo. Esto te puede crear dificultades, así que termina de una vez.
Cuando el hombre insistió por tercera vez, ella cedió y cometió inmoralidad, no sola una vez sino dos. Luego me confesó:-No me siento muy culpable por lo ocurrido. Sé que está mal, pero no tengo gran remordimiento, y eso me preocupa.
Moraleja: Si le cuentas tus andanzas a un pastor evangélico puedes quedar como anécdota en un sermón o un libro.
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