Me alegra que haya llegado Ratzinger al papado. Este señor no es tan conservador como nos lo pinta la prensa, o el eterno resentido de Hans Küng. Solo hay que ver lo creativo que es en cuestiones teológicas como la eclesiología. Lo repito, es mentira que sea un ultra-conservador. En hora buena para la Iglesia Católica.
Se remarca como negativo que haya puesto en cintura a los teólogos de la Liberación cuando más bien fue una de sus acciones acertadas; nos damos cuenta de ello ahora al ver el fracaso de las ideas comunistoides que propulsaban estos teólogos marxistas. Si la teología de la liberación fuera tan acertada debería de haber tenido éxito sin el respaldo de la jerarquía romana, lo que obviamente no ha sucedido. El respaldo a la teología de la liberación le hubiera quitado a la Iglesia el apoyo de los gobiernos de derecha, tan necesarios para su tarea evangelizadora.
También fue acertado censurar a teólogos con ideas demasiados heréticas que se apartan demasiado de las ideas originales del cristianismo. Aunque se enojen los propulsores del "libre pensamiento" en la Iglesia, ésta no puede subsistir si destruye sus propios fundamentos doctrinales.
Las cuestiones controversiales como el aborto, el control de la natalidad, la eutanasia, la pena de muerte, tampoco hay relajarlas. ¿Qué sería de una religión que no tiene principios difíciles de cumplir? Está destinada a desaparecer. Eso sucedería con el catolicismo si empezara a ser demasiado condescendiente con el mundo moderno. Recordemos que la explotación del sentimiento de culpa de los fieles es una forma efectiva de tenerlos emocionalmente sometidos. Esto es algo que no entienden sacerdotes "progres" como Hans Küng. Si se siguieran los idealistas consejos de este teólogo veríamos vaciarse más rápidamente las iglesias en Europa y Latinoamérica, como le ha sucedido ha otras iglesias protestantes que quisieron "modernizarse" y se quedaron sin fieles.
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