No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
Mateo 5:39
Es el sueño de todo déspota gobernar un pueblo que tolere todo tipo de abusos, y que aún pida el doble. Si este pasaje del evangelio tiene que ser interpretado en este sentido, habría que darle la razón a los que piensan que el cristianismo es una religión de cobardes. Pero la vida de Jesús nos dice todo lo contrario. Si Jesús se hubiera rendido a la pasividad y a la conformidad, no se explica entonces como es que llegó a ser perseguido por religiosos judíos y ejecutado por el Imperio Romano.
Una muestra del espíritu rebelde de Jesús se ve cuando vuelca las mesas de los comerciantes en el templo, cuando permanece callado ante las preguntas de Herodes, cuando se permite actuar en contra de las tradiciones y preceptos bíblicos.
En vista de este contexto, no podemos interpretar las palabras de Jesús como un llamado a la conformidad ante los abusos de las autoridades. Cuando un alguacil le da una bofetada a Jesús en un interrogatorio por parte del sumo sacerdote, éste responde: "Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?". (Juan 18:23) Jesús demuestra que sabe defender su dignidad como hijo de Dios.
¿Qué trata de enseñarnos Jesús cuando habla de "mostrar la otra mejilla"?
Jesús nos enseña una técnica para vencer al mal. El reino de las tinieblas es el reino de la coerción, mientras que el Reino de Dios es el reino del servicio voluntario al prójimo. Al recibir un intento de agresión por parte del prójimo, podemos destruir su carácter de coerción al aceptar lo que pretendía ser una coerción de forma voluntaria. Convertimos así una energía destructiva en una energía positiva. De esta manera damos un paso para destruir el reino de las tinieblas.
Pero debemos tener cuidado al utilizar esta técnica: En primer lugar, es necesaria una genuina disposición de servicio interior de servicio que venza la percepción de sentirse agredido; y en segundo lugar, la acción que ejecutemos no deberá ofrecer una oportunidad al reino de la coacción de seguir avanzando. No podemos pensar que alimentar a una bestia diabólica como es el Estado, contribuirá al avance del Reino de Dios, por lo que debemos enfrentarlo serena pero firmemente.
San Pablo nos amplía más al respecto:
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Romanos 12:17-21
Comentarios