La Tribuna tiene una campañita en contra de la secta religiosa "Creciendo en Gracia". Y con esto se aprovecha del morbo y fascinación del hondureño por lo sobrenatural y diabólico y de su ignorancia y simplicidad, para vender más periódicos.
Esto es precisamente lo que buscaban los líderes de esta secta, captar la atención del público con declaraciones escandalosas.
Pero no se puede tomar literalmente la pretensión de Miranda de ser el Anticristo cuando al mismo tiempo dice ser "Jesucristo hombre", y mucho menos se puede acusar a "Creciendo en Gracia" de ser una "secta satánica" cuando no creen en la existencia de Satanás, pero La Tribuna machaca y machaca con lo mismo.
Pero lo peor es el llamado de este periódico al Congreso para que legisle y decida sobre asuntos teológicos que no le conciernen, por ser éste un Estado Laico. Siguiendo la línea de razonamiento que dice que el Estado debe defender el cristianismo, se podría decir que el Estado debe perseguir la religión judía, ya que no forma parte de nuestra "herencia cristiana". Recordemos que los judíos niegan que Jesús sea el mesías, y en su epístola, el apóstol Juan nos recuerda que "todo el que niega que Jesús es el mesías es el anticristo". Así pues, tenemos a ilustres anticristos entre nosotros: académicos, políticos y hombres de negocios. ¿También hay que perserguirlos? Es absurdo.
Me parece claro que los seguidores de Miranda están siendo manipulados, pero también creo que existe manipulación en otros grupos religiosos con mayor aprobación social. Pero eso es un mal menor en comparación con un escenario en que el Estado decida que es lo que debemos creer, cuales creencias son aceptables y cuales no.
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