Siempre que asume funciones un nuevo gobierno,las esperanzas de un futuro mejor palpitan en el corazón de las gentes. A pesar de fracaso tras fracaso de los gobiernos de mejorar las condiciones de vida de la población, todavía se espera que este de alguna manera resuelva los problemas. El optimismo vuelve inmune al fracaso repetido. Pero si nos empeñamos en desechar el auto-engaño, es claro que la democracia no garantiza el aumento de bienestar para las gentes. Así como otros gobiernos han fallado, es de esperar que un nuevo gobierno nos falle también. Esto, que puede sonar a pesimismo, no es sino la expresión de lo que ya muchas veces se ha observado. En el primer discurso del presidente José Manuel Zelaya se mantienen en pie las contradicciones de su campaña, que busca aumentar el presupuesto del "sector social" al mismo tiempo que reducir los impuestos y los precios de la canasta básica; pero ahora añade otra contradicción que no había mencionado en su campaña, y e...
Contra la corrección política.